El sobrepeso y la obesidad a menudo se explican por un desequilibrio entre la ingesta y el gasto de energía. Esto, sumado a los efectos metabólicos, dificulta la evaluación del estado real del balance energético individual. Este estudio tiene como objetivo analizar las brechas de ingesta y gasto de energía en la población adulta de América Latina, como así también su relación con variables sociodemográficas y estado nutricional y trazar una perspectiva epidemiológica basada en las tendencias observadas. Con este fin, se utilizó la brecha de desequilibrio energético. La diferencia entre la ingesta y el gasto de energía puede aplicarse como referencia para explicar si el equilibrio del peso puede prevenir el aumento de peso. Asimismo, la brecha de desbalance energético permite una mejor compresión del diseño de las políticas públicas de salud. Utilizando datos del Estudio Latinoamericano de Nutrición y Salud (ELANS), se evaluó la brecha del desequilibrio energético en población adulta de ocho países latinoamericanos en 5994 sujetos de 19 a 65 años. Se midió la ingesta diaria habitual utilizando dos cuestionarios R24 no consecutivos. El cuestionario sociodemográfico fue complementado con mediciones antropométricas. Se midió actividad física con la versión larga del Cuestionario Internacional de Actividad Física (International Physical Activity Questionnaire). Se obtuvo el gasto de energía utilizando el índice metabólico básico. Para la muestra general, el promedio de ingesta energética fue de 1939,1 kcal (95% CI: 1926.9; 1951.3), el promediod e gasto energético fue de 1915.7 kcal (95% CI: 1906.4; 1924.9), y el promedio de la brecha de desequilibro 23.4 kcal (95% CI: 11.9; 35.0). Los resultados muestran que tanto la ingesta como el gasto de energía es mayor en los hombres. Más aún, los sujetos de entre 19 y 34 años de nivel socioeconómico alto, con estudios secundarios completos, mestizos y con peso normal consumen un mayor número de calorías. En general, se observó una brecha positiva de desequilibrio de energía. Los sujetos con sobrepeso y obesidad de Argentina, Costa Rica, Ecuador, Perú y Venezuela mostraron una brecha de desequilibrio energético significativamente menor que los sujetos con bajo peso. Estos hallazgos confirman la alta variabilidad de la brecha del desequilibrio energético y los correlatos que lo acompañan de la ingesta y el gasto de energía. Es necesaria más investigación para abordar específicamente las intervenciones en países de ingresos bajos y medianos, como muchos en América Latina, para ayudar a reducir la prevalencia de la obesidad y erradicar la desnutrición.
Instituto para la Cooperación Científica en Ambiente y Salud
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